Pese a los difíciles momentos que está viviendo la humanidad y al proceso de transformación social al que nos ha llevado en forma radical y apresurada la presencia del Covid19, la tendencia del ser humano es a buscar perspectivas positivas que permitan gestionar la crisis de la mejor forma, explorando soluciones a corto, mediano y largo plazo desde el punto de vista de las prioridades, el relacionamiento humano y las formas de susbsistir.
El primer efecto ha sido la urgente necesidad de digitalizarse. En ese nuevo contexto, miles de negocios tradicionales están en la disyuntiva de llevar su oferta de productos o servicios al plano digital a través del sitios web, redes sociales, mail marketing, etc. Esto requiere de una transformación que, para muchos emprendedores informales, significará la regularización e Inicio de Actividades Formales ante el SII.
Para otros en cambio, las actividades desempeñadas hasta ahora dejarán de existir y por ende, surgirán nuevas oportunidades de transformación. Los empleos formales están en una incrucijada para aquellas personas que no pueden optar al teletrabajo y su estabilidad laboral pende de un hilo debido al aislamiento y cuarentena al que nos hemos visto forzados en beneficio de evitar la propagación de la pandemia.
Mirando el vaso medio lleno, este podría ser el minuto para emprender y desarrollar una actividad anhelada, utilizando los beneficios de la tecnología y las oportunidades que el mercado requiere en este nuevo contexto. Para ello, será indispensable iniciar actividades formales como emprendedor o emprendedora y atreverse a cambiar su vida.
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