Con la caída de un 3.4% del IMACEC (Índice Mensual de Actividad Económica) como consecuencia de la crisis social, los negocios manifiestan una clara desaceleración, lo que pone en riesgo la estabilidad de emprendimientos, pequeñas y medianas empresas, lo que traerá, según los analistas, problemas de empleo y salario.
Algo en lo que todos los expertos están de acuerdo es que este escenario tiene un importante componente de incertidumbre, lo que afecta física, mental y emocionalmente a las personas. Para sobrellevar este estado, aquí van algunas recomendaciones:
- Se recomienda a las jefaturas propiciar encuentros con sus trabajadores, donde la conversación se transforme en un momento de contención para liberar el estrés y manifestar abiertamente sus miedos, aprehensiones y preocupaciones.
- Buscar caminos de solución y gestión de la crisis en forma conjunta para dar mayor seguridad al equipo de trabajo. Saber que todos están remando hacia el mismo rumbo generará un mejor ambiente laboral. La empatía es un factor clave para conectar con el otro.
- Darnos cuenta con qué contamos. En períodos de crisis nos focalizamos en las pérdidas, pero dejamos ver recursos valiosos como la propuesta de valor, la cartera de clientes fidelizados. Este inventario de las cosas positivas que tenemos será el nuevo punto de partida.
- Reorientar estrategias. La flexibilidad en los negocios es una condición fundamental para lograr sostenibilidad. Sin paralizarse, hay que asumir la presencia de factores externos que nos obligarán a redefinir, repensar y reorganizar nuestro negocio. Nuevos objetivos, nuevos desafíos.