En el contexto de cambio donde se convoca a toda la sociedad a reflexionar sobre los propósitos, perspectivas y anhelos de una vida más próspera y equitativa, cabe la siguiente pregunta: ¿Seguiremos haciendo las cosas de la misma forma?, ¿estamos dispuestos a transar estructuras actuales por formas más innovadoras de gestionar nuestra actividad?

El complejo escenario vivido hace 10 días en nuestro país ha obligado a algunas empresas, cualquiera sea su tamaño, a facilitar el trabajo remoto a sus trabajadores, experimentando, por necesidad, las ventajas de un sistema innovador reconocido mundialmente, pero que nuestra realidad no ha incorporado del todo. Ese fue el llamado de la Sociedad de Fomento Fabril que instó a las empresas socias “a priorizar el trabajo de sus colaboradores desde sus hogares para prestar apoyo especial a las madres y padres con responsabilidades familiares en circunstancias que muchos niños no podrán concurrir a sus establecimientos educacionales”.

Según un estudio de la Fundación Chile Unido, lanzado el mayo pasado, el 83% de las organizaciones que promueven la flexibilidad laboral para conciliar la vida y el trabajo, aumentan su productividad. El estudio también reveló que el 87% de los trabajadores de dichas empresas las recomendarían y que el 94% de ellos está muy satisfecho con su lugar de trabajo. En ese contexto, el entonces ministro del Trabajo y Previsión Social sostuvo que “es posible liderar políticas públicas que están ayudando a algunas empresas para ir implementado medidas de flexibilidad laboral, porque han entendido que un factor preponderante para el éxito de la empresa es que logremos más felicidad de los trabajadores”

Los cierto es que la vida moderna hace que las personas demanden, cada vez más, ser dueñas de su tiempo y así mejorar su calidad de vida, propiciando que el trabajo se adapte a la vida y no la vida al trabajo. Expertos aseguran que la conciliación de vida y trabajo será un tema prioritario que considere intereses de una sociedad globalizada que busca mecanismos sostenibles para que las personas logren un equilibrio entre la vida personal y laboral.

Las cifras son elocuentes y revelan que el trabajo remoto es transversal según el tamaño de la empresa y el sector económico al cual pertenecen. En las grandes empresas representan un 53%.

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