El rol del Mentor tiene que ver con dos aspectos fundamentales. Por una parte, acompañar y por otra educar. ¿La pregunta es de qué forma el Mentor acompaña y educa al mentee? Al respecto existen muchas formas en la cual se materializa esta intervención y dependerá de varios factores; entre ellas están las inquietudes y competencias del mentor, además de la relación que se produzca entre ambos, destacando la confianza y el cariño.

Los tres principales desafíos de esta práctica consisten en definir las expectativas de ambos y transformarlas en compromisos formales y medibles. Por el lado del mentor, su rol basal es la orquestación emocional del mentee. Emprender nos obliga a tomar decisiones cuyos efectos se verán en el futuro, uno desconocido frente al cual la emoción tradicional es de temor y angustia. Para ello, es necesario transmitir serenidad al mentee, con el propósito de potenciar sus capacidades, además de indagar, escuchar, observar y reflexionar sobre sus paradigmas, juicio e interpretaciones. Ese el desafío número uno del Mentor.

En segundo lugar, el compromiso de ambas partes es un factor esencial. El compromiso se manifiesta por parte del mentor en la sinceridad, en la competencia para apoyar al mentee y finalmente en la responsabilidad de ambos para cumplir los acuerdos definidos.

En tercer lugar, la forma como el mentor aborda la relación. Cada encuentro es único e irrepetible, la experiencia no implica por parte del Mentor saber qué es lo que va a suceder. Es importante entender el rol del Mentor como un acompañante, reconocer su vulnerabilidad y la infinitud de sus conocimientos e interpretaciones.

En cuarto lugar, el Mentor tiene la misión de desafiar al mentee, la indagación es primordial. Falla el Mentor cuando le dice al mentee lo que debe hacer y cómo debe hacerlo. Un ejemplo es cuando decimos “pero si esto es muy fácil de hacer” o “yo lo haría de tal manera”, debemos transformar nuestras opiniones y consejos en preguntas poderosas que hagan reflexionar al mentee. Es una invitación a vivir una vida autónoma, al desapego y la plasticidad conductual. Enseñar a tomar decisiones fundamentadas y hacernos cargo responsablemente de las consecuencias de tales decisiones. Al mismo tiempo estar disponibles para acogerlos cada vez que se equivoquen. El emprender es un proceso de prueba y error, enseñar y acompañar al emprendedor a pararse y volver a intentarlo de una manera reflexiva es una de las claves del rol del Mentor.

El rol del mentor incluye aportar nuevas interpretaciones, contribuir con sus redes para que el mentee descubra nuevas visiones y formas de abordar sus desafíos desde una parada más poderosa. Apoyarlo cuando el ánimo mengue y abrirle nuevos caminos cuando los suyos se cierren.

 

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