La innovación es un concepto ultra posicionado en el mundo del emprendimiento. Sin embargo, cuesta mucho que los negocios emergentes incorporen innovación de valor y competitividad en sus proyectos.
Para explicar este fenómeno hay que tener presente que en Chile, la innovación es propiciada por Ley. En septiembre de 2012 entró en vigencia la Ley I+D que entrega beneficios tributarios a empresas que realicen Investigación + Desarrollo. Investigación, es generar conocimiento nuevo mediante trabajos experimentales y teóricos; y Desarrollo, es la creación de nuevos materiales, productos, procesos, sistemas y servicios, mediante el uso y aprovechamiento de la investigación y conocimiento disponible.
A partir de esta ley, la Agencia de Comunicaciones INNOVA DIFUSIÓN identificó un nicho de empresas y organismos dedicados al binomio I+D que requieren exposición y conocimiento público. José Luis Aguilera, Director de Innova Difusión, asegura que la clave para introducir innovación está en el impacto que las empresas generan en la calidad de vida de las personas, en el medio ambiente o en sus procesos internos.
Las alternativas para innovar son muchas. Tantas, como las definiciones que se encuentran sobre este concepto. Por ejemplo, «modificar elementos ya existentes con el fin de mejorarlos» o «implementación de algo totalmente nuevo» y «proceso de aplicación exitosa de algo nuevo», son algunas de ellas. Lo único consensuado en torno a la innovación es que se considera la clave del crecimiento económico y que los países que más invierten en ella, son los que mayor riqueza alcanzan.
Chile en el Ranking 51 del Indice de Innovación Global 2019
En alguna medida, la cultura chilena es parte del problema. Es decir, las empresas nacionales son resistentes a salir de su zona de confort y atreverse. «Existe una tendencia a quedarse en el paso seguro y no asumir riesgos. El chileno no se cree capaz de producir innovación», asegura nuestro entrevistado. Además, la falta de recursos también es un impedimento, aunque en Chile hay buenas consultoras en este tema, como por ejemplo, INNSPIRAL de Ivan Vera o Fundación Chile. Otra opción es acceder a una Mentoría en Innovación con un experto que pueda acompañar y guiar la incorporación de innovación al negocio.